Las 3 producciones esenciales de los hermanos Mizell
Casi todas las producciones contemporáneas de r&b o hip hop son producidas por músicos que han tenido que ver, en su formación musical, con el jazz y el funk. No es raro que, por lo general, las producciones actuales de música popular en inglés (Bruno Mars, Maroon 5, Kendrick Lamar, The Weeknd) tengan progresiones y estructuras prestadas del jazz y funk.
En este sentido, nos dimos a la tarea de revisar uno de los dúos de productores más reconocidos del jazz, funk e, incluso, del pop; por ejemplo, en su momento, produjeron el inicio de los Jackson 5 (Skywriter). Estamos hablando, pues, de los hermanos Larry Mizell y Fonce Mizell.
Estos produjeron grandes álbumes del jazz-funk que fueron reconocidos por haber mezclado el sonido pop de Motown y el jazz de Blue Note. Las dos disqueras más importantes de su género respectivo: la primera una disquera genial del pop afroamericano (Jackson 5, Marvin Gaye, Stevie Wonder); la segunda una disquera clásica del jazz (Miles Davis, Thelonious Monk, Herbie Hancock).
¿No te suenan tanto los hermanos Mizell? Bueno, aquí te recomendaremos las 3 producciones más esenciales de su larga discografía. Para eso escogimos tres notables jazzistas de los años 70’s: Johnny “Hammond” Smith, Donald Byrd y Bobbi Humphrey.
Gears de Johnny Hammond
En primer lugar, te recomendamos el álbum Gears (1975) del pianista Johnny Hammond.
Este es un álbum que, desde nuestra perspectiva, reúne las características más básicas del sello de los Mizell: la elegancia, sus backing vocals y sintetizadores.
Todas las piezas de este álbum están grabadas con las hermosas backing vocals de los hermanos Mizell que, seguro, estaban adelantadas a la época funk de los años 70’s.
Por otro lado, la sección de instrumentos de viento está dirigida por los mismos Mizell. Y ya ni hablar de las largas improvisaciones del mismo Johnny Hammond en su órgano.
Este álbum es un clásico del jazz-funk. No esperes, pues, la velocidad del free jazz ni las estructuras complejas de tonalidades de Coltrane. Este es un álbum que concentra la elegancia máxima del jazz-funk.
El primer track (Tell Me What to Do) nos deja claro las voces de los Mizell junto con el groove funky de la batería de Harvey Mason. Seguido por el track “Los conquistadores chocolates” que es una epopeya de la cultura afroamericana; su nombre da la referencia metafórica: llegaron del África para conquistar al mundo con su música (los conquistadores chocolates).
La primera vez que escuchas este disco puede remitirte a los álbumes más fusion de The Isley Brothers o Earth, Wind and Fire debido a su composición lirica e interpretada por los mismos Mizell en todo el álbum.
Street lady de Donald Byrd
En el segundo puesto, te recomendamos el Street Lady (1973) del trompetista Donald Byrd.
Street Lady es un álbum en el cual no vamos a escuchar las largas improvisaciones de Donald Byrd. En este álbum podemos escuchar la melodía preciosa interpretada por la flauta y el horn de Donald Byrd, seguido de una guitarra nítida y limpia de David T. Walker (algunos casos con un wah muy marcado como en Sister Love), el bajo de Chuck Rainey marcando las quintas, sextas y séptimas notas (típico del funk), el groove característico de Harvey Mason y, como de costumbre, las hermosas backing vocals de los Mizell en cada pieza.
Como hemos dicho anteriormente, los álbumes producidos por los Mizell son atípicos al jazz de los 60’s y el Street Lady no es la excepción: largas líneas vocales (spoken word) escritas e interpretadas por ellos mismos, algunos compases de improvisación en cada uno de los instrumentos y largas melodías.
Por otro lado, tenemos que mencionar el cover del álbum: una verdadera estética preciosa del folclore funky afroamericana.
En fin, no queda más que escuches esta obra maestra. Una joya que se puede reproducir de fondo para cualquier ocasión: desde una fiesta con tus amigos hasta una cena familiar.
Fancy Dancer de Bobbi Humphrey
En tercer lugar, ubicamos al Fancy Dancer (1975) de la flautista Bobbi Humphrey.
Fancy Dancer es, en nuestra perspectiva, la obra maestra de la entonces joven Bobbi Humphrey: un álbum con una estructura funk, una mezcla del beat afro-latino, y largas improvisaciones por la exquisita y classy flauta de Bobbi.
Esta obra repite la misma alineación de músicos que los hermanos Mizell, por lo general, grababan: Harvey Mason en la batería y Chuck Rainey en el bajo.
Desde el primer track afro-latino (Uno está) nos vamos a dar cuenta del sello mizelliano (vocales, sintetizadores y arreglos en la sección de vientos), pero con una variación en él: grabaron las vocales de un grupo de mujeres latinas cantando unas líneas en castellano. Un toque único en su obra.
El resto de los tracks como The Trip y You Make Me Feel So Good, por ejemplo, podemos escuchar esas largas líneas vocales de los Mizell en paralelo con las sutiles improvisaciones de Bobbi.
Fancy Dancer es un album super funky que no puedes perder la oportunidad de escucharlo para cualquier contexto. Una obra magistral de la actual jazzista de 69 años, Bobbi Humphrey.
Después de haber escuchado la producción de los Mizell, se puede afirmar claramente que su genialidad radicó en la síntesis del pop de Motown y el jazz de Blue Note. Como ya dijimos, una práctica que los productores de hoy, seguro, la tomaron de los hermanos Mizell: revisar las raíces teóricas de la música contemporánea para producir música pop.